Sobre psicoanálisis y su práctica clínica.
Por: Psic. Iván Delgado
Jacques Lacan, al retornar a Freud y apuntando a esa experiencia de "falta en ser" de los individuos, menciona el modo en que los sujetos neuróticos se enmarcan en una carrera titánica hacía la obtención de aquel objeto que colme y constituya "El todo", El: "eso que me quiere el Otro”. A esto que Lacan agrega: un objeto que no existe.
Partiendo de esto, podríamos afirmar: el psicoanálisis está allí en el lugar de la emergencia que conlleva el enigma de la vida humana, frente a lo difícil de decir, frente a la opacidad de la vida cotidiana; en resumen, a lo que no anda bien del propio individuo y que se rehúsa a pasar por el registro de lo deci-ble, no sin procurar la proliferación de síntomas de origen inconsciente, indecifrables e indomables en el intento por parte del sujeto de ocultarlos/normalizarlos/eliminarlos.
Lacan nos enseña como la asunción de la propia historia en conjunto con la declinación de la "docta ignorancia" abre el espacio fecundo para la reformulación de aquello que no deja de no repetirse en la vida, aludiendo a la palabra, más no al sufrimiento.
El psicoanálisis no es un tratamiento del "todos bien", no se basa en la intención de colectivizar alguna clase de bien común, es un tratamiento del trata-Miento fallido de "eso" del "cada uno" que se vela, no obstante, se rebela operando invisible pero inmutable en acto día y noche.
Jacques Lacan, al retornar a Freud y apuntando a esa experiencia de "falta en ser" de los individuos, menciona el modo en que los sujetos neuróticos se enmarcan en una carrera titánica hacía la obtención de aquel objeto que colme y constituya "El todo", El: "eso que me quiere el Otro”. A esto que Lacan agrega: un objeto que no existe.
Partiendo de esto, podríamos afirmar: el psicoanálisis está allí en el lugar de la emergencia que conlleva el enigma de la vida humana, frente a lo difícil de decir, frente a la opacidad de la vida cotidiana; en resumen, a lo que no anda bien del propio individuo y que se rehúsa a pasar por el registro de lo deci-ble, no sin procurar la proliferación de síntomas de origen inconsciente, indecifrables e indomables en el intento por parte del sujeto de ocultarlos/normalizarlos/eliminarlos.
Lacan nos enseña como la asunción de la propia historia en conjunto con la declinación de la "docta ignorancia" abre el espacio fecundo para la reformulación de aquello que no deja de no repetirse en la vida, aludiendo a la palabra, más no al sufrimiento.
El psicoanálisis no es un tratamiento del "todos bien", no se basa en la intención de colectivizar alguna clase de bien común, es un tratamiento del trata-Miento fallido de "eso" del "cada uno" que se vela, no obstante, se rebela operando invisible pero inmutable en acto día y noche.
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